Hola, me llamo Cristina, vivo en Íllora. Estoy en el colegio Gran Capitán. Me encanta montar a caballo. Mis asignaturas favoritas son plástica y ed. física.
Me gustan los animales. mis animales favoritos son los caballos y los perros. Me gusta dibujar y cantar.

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Hello, mi name is Cristina, I live in Íllora. My school is Gran Capitán. I love riding a horse. My favorite activitis are art and PE. I like animals.
My favorite animals are horses and dogs. I like drawing and singing.

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viernes, 27 de abril de 2012

Un nuevo planeta

Un científico, después de tanto tiempo inventó una nave espacial que podía ir muy rápido a cualquier lugar del espacio. Un astronauta va a subirse con su amigo a la nave y van a buscar nuevos planetas. Uno se llamaba Flacucho y otro Gordo.
- Suerte señores y cuando encuentren un planeta nuevo vuelvan -dijo el científico.
- Sí señor -dijeron.
Pasaron 15 minutos y ya se perdieron en un planeta extraño.
- Tengo hambre -dijo uno de ellos.
- Y yo, vayamos a comer -dijo el otro.
Cuando entraron a la nave no había nada para comer.
- ¿Qué ha pasado aquí? -se preguntaban, cuando oyeron un ruido muy raro.
- ¿Qué es ese ruido? -preguntó Flacucho lleno de miedo.
- No sé -dijo Gordo asustado.
Vieron pelo de alguien en un rincón sentado.
- ¿Quién hay ahí?
- Creo que me habéis descubierto -dijo un extraterrestre.
Parecía una persona normal, sólo que era verde.
- ¿Eres un extraterrestre? -preguntó Flacucho.
- Sí, y tú un hombre de la Tierra -dijo.
- Vale, ¿pero no hay más gente como tú? -preguntó Gordo.
- Sí, al otro lado del planeta -respondió.
- Quiero ver tu ciudad -Flacucho.
- Ven, iremos a mi casa.
- Vale, ¿para qué? -dijo Gordo.
- Para borraros la memoria y que no os acordéis de que estáis en este planeta.
- ¿Y por qué no podemos acordarnos? -preguntó Flacucho.
- Porque no queremos que vengan aquí más humanos.
- ¿Y por qué no queréis que vengan más humanos? Podríamos aprender muchas cosas de vosotros -dijo Gordo.
- Porque los humanos sois violentos y nos van a atacar como descubran nuestro planeta.
- Bueno, vale -se conformaron los dos.
- ¡Qué casa tan bonita! -exclamó Flacucho.
- Os borraré la memoria, os quedaréis dormidos y os iréis a la Tierra -dijo el extraterrestre.
- Sí, señor -dijeron.
- Flacucho, tú primero -ordenó Gordo, que era el jefe.
- Me gusta este planeta, aunque no tiene muchas plantas, es rojo y muy bonito -afirmó Flacucho.
Le borraron la memoria a Flacucho y a Gordo y volvieron a la Tierra. Sólo se acordaban de que estuvieron en un extraño planeta, pero no le dijeron nada a nadie. La máquina se rompió de un golpe que se dio, porque el profesor se metió para buscar él mismo un nuevo planeta y sin querer golpeó la nave contra un edificio; al pobre profesor le llevaron a la cárcel. y nunca más se construyó una nueva nave.

viernes, 20 de abril de 2012

Galletitas


Me ha gustado mucho la lectura, porque enseña que hay que compartir y que no podemos enfadarnos porque cojan nuestras cosas sin querer, y que las apariencias engañan; por eso no debemos enfadarnos con alguien sólo porque tenga algo nuestro.

miércoles, 18 de abril de 2012

Los días de Ele

No me ha gustado la lectura, porque habla del sufrimiento que padecen muchos niños por tener que trabajar mucho, aunque ganan muy poco. Tampoco me gusta que no puedan ir a la escuela, me dan mucha pena.

lunes, 16 de abril de 2012

El gigante enano y el enano gigante

Me ha gustado mucho, porque enseña que no hay que pelearse con los demás solo por ser distintos, en el fondo todos somos iguales. Esta lectura es muy importante por lo que enseña. El modo de trabajo también me ha gustado porque hemos hablado, y hemos escrito y creo que este modo de trabajo es mejor, porque ni lo hacemos todo hablando ni lo hacemos todo escrito.

El caballo maltratado

Me levanté aquel día y me fui a ver un caballo que había visto por el pueblo. El pobre estaba muy mal cuidado y le pegaban mucho; era una lástima que un caballo negro tan bonito estuviera tan mal cuidado. Estaba muy delgado, porque no le daban de comer; a mí me daba mucha pena cómo le trataban. Decidí llevármelo sin que se dieran cuenta, pero no pude, porque el pobre estaba fatal y no podía moverse.
-¡Vamos, intenta moverte! Te daré de comer y te ayudaré. ¡Venga, tú puedes, venga! -le dije, pero no se movía.
-¡Deja a mi caballo! -me gritó el dueño.
-¡Aaaaaaaah!¡Vale!-grité y me fui corriendo.
Cada día, sin que me viera el dueño; que era un hombre feo, con arrugas, barba y bigote, y además muy antipático, egoísta, gruñón y tacaño; le llevaba a su caballo algo de comer. Finalmente, y pasado mucho tiempo, su caballo ya tenía fuerzas para correr; me fui con él a un lugar secreto que tenía en el bosque.
Al día siguiente de rescatarlo, lo monté por el pueblo sin pensar en que reconocieran al caballo, pero así lo hicieron y entonces tuve que galopar.
-¡Vuelve con mi caballo! -me gritó el dueño.
- ¡Salvado! -grité mientras galopaba.
-¡Vuelve aquí! -gritó de nuevo, pero ya me había metido en el bosque.
Me caí del caballo y no me podía levantar, el caballo se fue galopando y, extrañamente, luego me encontré en una casa con las heridas curadas.
-¡¿Eh, qué estoy haciendo aquí?! -pregunté extrañada.
-Tu caballo hizo que le siguiera y me llevó hacia ti -dijo una mujer.
-Gracias -le dije y finalmente me fui con mi caballo a mi casa.
Al dueño lo metieron en la cárcel por maltrato a animales, porque no sólo maltrató a su caballo sino a más animales que él tenía.